En el siglo
XVII las epidemias de peste y la hambruna provocadas por las sequías y la
escasez de alimentos causaron una gran mortandad. A lo largo de este siglo,
toda la población, sin excluir ninguna alcurnia, desde príncipes a campesinos, estaba pendiente de
la cosecha.
En esta centuria los grandes enemigos de la sociedad eran la peste, la sequía y la inflación, aunque, sin duda, los golpes más duros los asestó la peste, porque significaban el fin, la muerte.
Uno de aquellos brotes sucedió entre los años 1596 y 1602 que fue devastador para el norte y centro de España, incluyendo Andalucía. El segundo brote fue la gran peste de este siglo, entre los años 1647 y 1652, que azotó fundamentalmente Andalucía y la zona oriental de España.
En esta centuria los grandes enemigos de la sociedad eran la peste, la sequía y la inflación, aunque, sin duda, los golpes más duros los asestó la peste, porque significaban el fin, la muerte.
Uno de aquellos brotes sucedió entre los años 1596 y 1602 que fue devastador para el norte y centro de España, incluyendo Andalucía. El segundo brote fue la gran peste de este siglo, entre los años 1647 y 1652, que azotó fundamentalmente Andalucía y la zona oriental de España.
Esta fue la última de las grandes pestes que provocó, según estas estimaciones de los historiadores que han investigado sobre ello, unas 250 mil víctimas. En el conjunto del siglo se calcula que murieron alrededor de 1.250.000 personas. Como ejemplo, y según los estudios realizados en Andalucía, en el sur de Córdoba murieron el 74’8% de los afectados, donde, además, la peste fue seguida de una epidemia de tifus que se cobró vidas y mucha mano de obra.
Ever Antonio Paisano Mani
2°F N.L 18
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